lunes, 23 de febrero de 2009

Israel - יִשְׂרָאֵל



Llegué a Tel-Aviv el jueves a la noche y Maru y Romito me estaban esperando en el aeropuerto. De ahí nos fuimos a tomar algo. Israel se siente muy familiar, la gente que va caminando por la calle se viste y actúa bastante como los argentinos. De hecho, no es raro encontrarse con alguien hablando en argentino cada dos cuadras. Al otro día, nos fuimos a Jerusalem, desayunamos en el shuk un desayuno israelí, shaksuka, sata, y toda la bola. De ahí nos fuimos para la ciudad vieja. Dividida en cuatro sectores, el barrio cristiano, el barrio judío, el barrio árabe y el barrio armenio. El choque de religiones y culturas se hace evidente ni bien uno cruza la puerta de la ex-muralla. Adentro viven todos los ortodoxos y a pesar de ser bastante turístico se respira un aire un poco tenso. Tierra Santa de las tres religiones predominantes, entramos primero al Muro de los Lamentos, después al Santo Sepulcro donde justo estaba el via cruxis, y caminamos un poco por el barrio árabe (donde me tuve que sacar el kipa porque me dio un poco de miedo). La ciudad de Jerusalem es hermosa, todos los edificios son de piedra porque hay una ley que así lo indica, y la ciudad, además de tener miles de años, está construida sobre colinas y montes, así que es bastante agradable a la vista. De ahí nos fuimos a Abu Gosh, a fumar narguila y comer bocadillos israelíes. Cuando cayó el sol, oficialmente Shabath, nos fuimos a la casa de la mamá de Rom a comer la cena del Shabath (deliciosa, todah ravah Sarit y Norah!) . Luego emprendimos regreso a Tel Aviv, y de ahí al boliche. Tel Aviv, sin lugar a dudas, tiene una de las mejores vidas nocturnas que vi en mi vida, y me quedé con ganas de más...motivo más que suficiente para volver. Sin más detalles... al día siguiente nos levantamos y nos fuimos a la playa, un día primaveral a pesar de estar en febrero, nos tomamos unos heladitos y miramos el atardecer sobre el mediterráneo. A la noche les cociné un 宫保鸡丁 a los chicos. El otro día, domingo, los chicos trabajaban, yo aproveché para no hacer nada. Cansado de viajar, me decidí a no aprender ni probar nada nuevo. Salí a caminar un rato por Sheinkin y me senté a comer algo un ratito. A la noche cena con los chicos.

El otro día, me fui a pasar el día a En Gedi, a un spa sobre el mar muerto. Uno de los lugares más lindos y únicos que vi. El piso son cristales de sal, la sensación de flotar es increíble, y el paisaje es imponente. Después de flotar, embarrarme, un masaje exfoliante y embarrarme de vuelta, volví a Tel Aviv, y nos fuimos a un cumpleaños.


Último día en Israel =( la maruja se "enfermó", no fue a trabajar, y nos fuimos a pasear por Jaffa. Almorzamos y recorrimos las callecitas del puerto de Jaffa. A la noche un shawarma de despedida... y a la madrugada al aeropuerto.... destino: El viejo continente... A pesar de pensar que venía a Medio Oriente, Dubai me resultó completamente occidental (americano), e Israel completamente mediterránea-europea. Extraño Asia...el shock cultural fue casi ninguno, la gente es parecida a Argentina, y todos hablan inglés. Voy a extrañar a Maru y a Rom que me hicieron pasar unos días geniales... Israel, definitivamente otro lugar donde voy a volver.




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