domingo, 15 de febrero de 2009

India, Tierra de los turbantes

Llegué a Mumbai alrededor de las 20hs, me fueron a buscar los del hotel. Mi primera impresión de India fue bastante chocante ya que el hotel quedaba en el medio de la villa, cerca del aeropuerto. Habiéndome acostumbrado a la vida en China, pensé que estaba preparado para todo... pero me equivoqué. Me llevó por lo menos dos días adaptarme y empezar a entender cómo (no) funcionan las cosas en India. Al dia siguiente, vuelo a Delhi, llegué al hotel y mi reserva había sido cancelada.... así que me pasé toda la tarde buscando hotel en una de las zonas más feas de Delhi, cerca de la estación. Tenía planeado pasear un poco por la ciudad pero no dio tiempo. Al día siguiente, tren a Agra. También me fueron a buscar a la estación y me llevaron al hotel. Me recibió el dueño y le conté que estaba por 24 horas y que venía a ver el Taj Mahal. El Taj está cerrado los viernes, y por supuesto ese día era viernes. Así que de vuelta, a las corridas a la estación a cambiar el pasaje y a cancelar el otro tren. El chabón del hostel me prestó la computadora (que estaba en su habitación) para hacer todo lo que necesitaba. Después me ofrecieron un café y nos quedamos charlando, lo mejor de India fue la gente de este hotel, que me trataron como un amigo más. Para no desperdiciar el día, fui a ver el Fuerte de Agra, un fuerte antiguo con 16 palacios, desde donde se tiene una vista genial del Taj Mahal, y ahí fue que lo ví por primera vez, como salido de las Mil y Una Noches. Indescriptible. Después un poquito de shopping y un biryani de cordero y al hotel. Al día siguiente el Taj. Me levanté a las 7 para evitar los turistas, estaba bastante lleno igual a esa hora pero a eso de las 10.30am ya se llenó. Me quedé unas dos horas sentado mirándolo hasta que la gente tratando de sacar fotos ya empezó a molestar justo para cuando el auto me pasó a buscar. De ahí me fui a la estación a tomar el tren a Delhi. El tren se retrasó 5 horas. Por suerte encontré una chica noruega que estaba en el mismo tren, asiento 36 (yo era 35) así que nos hicimos compañía. Llegamos a Delhi a las 11 de la noche, así que ya no tuve tiempo de ver casi nada. Después de buscar el hotel (que no existía) por dos horas, pedí para usar el teléfono en una casa para llamar a la gente del hotel y me vinieron a buscar. Ahí unos chicos del hotel me invitaron a tomar algo por lo bares en Connaught Place, que son todos bares que están en hoteles 5 estrellas, aparentemente son los únicos lugares donde se sale en Delhi y donde por algun motivo todos hablan en inglés a pesar de ser locales. Después de unos 5 bares y un par de birras, al hotel, dormir 4 horas y de regreso a Mumbai. Esta vez en Mumbai, me tomé un taxi y me fui para el centro. Mumbai es única. Edificios coloniales, estilos góticos como Londres, edificios art deco al mejor estilo South Beach, y villas. Más de la mitad de Mumbai son villas, pero no son peligrosas ni violentas. El centro está lleno de cafecitos y restaurants completamente occidentales, y después tiene una costanera hermosa que se extiende por varios kilómetros. Hasta una playita y todo.


Como era domingo estaba lleno de gente, pero todos paseando y muy relajados. Mumbai a veces parece como si se quedara en la década del 70... con sus taxis, tuks tuks, palmeras y edificios viejos tiene un encanto especial que no me lo esperaba, me quedé mirando el atardecer sobre el Índico y más tarde regresé al hotel. Al otro día, check-out y a Juhu beach, en el norte de Mumbai, cerca de mi hotel, a despedirme del océano Indico. Juhu es una playa laaaarga, donde hay varios hoteles 5 estrellas sobre la costa. Después de caminar un par de horas y tomarme un café en Barista regresé al hotel y de ahí al aeropuerto... ahora rumbo al Oriente Medio, Dubai.

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