Llegué a HKG y en el aeropuerto me esperaba mi amigo Blake. Esta vez en Hong Kong fue muy diferente. Para empezar me quedé en la casa de mi amigo, que vive en New Territories, a una hora del centro de HK, y donde, al contrario de la zona céntrica, casi nadie habla inglés, solo cantonés. Al día siguiente fuimos a buscar a Ricardo, mi amigo de Brasil que llegaba en tren. 
De ahi, nos fuimos a bailar, ya habian oficialmente empezado las celebraciones del año nuevo chino. El año nuevo lunar empezó el 26 de enero, pero no hacen countdown ni nada el 25 a la noche. En realidad se parece más a una Navidad. El día antes salen de compras y se compran TODO, porque dicen que es buena suerte empezar el año con cosas nuevas y después cenan en familia o salen a cenar. También, siendo este el año del 
búfalo (牛) y siendo MI año, dicen que hay que usar ropa interior roja... porque sino trae mala suerte. El sábado de vuelta fuimos a bailar, y el domingo a la noche salimos a cenar y después al mercado de flores, otra tradición, y le compramos una planta a nuestro amigo Blake (también es tradición empezar el año con flores y plantas). El lunes a la noche fuimos a otra fiesta de año nuevo y el martes a ver los fuegos artificiales. Las celebraciones prácticamente duran una semana, decoraciones por todas partes. El resto del tiempo nos la pasamos tomando cerveza y jugando Majhong (una versión china de la Loba o el Burakko que se juega con fichas) y c
omiendo dim-sam’s. Después de 5 días celebrando el año nuevo al mejor estilo cantonés, nos fuimos a Macau. En la estación del ferry nos encontramos con dos amigos que habíamos conocido en Hong Kong (de hecho a uno de ellos lo conocimos en ShangHai), después de una hora de Ferry llegamos a una de las ciudades más raras que vi en mi vida. Las veredas al estilo de Copacabana, los edificios no parecen de Asia, todo está escrito en chino y en portugués. 
Hay varios edificios antiguos de estilo colonial (con un Starbucks adentro) y muchos muchos casinos. Se la llama el Las Vegas de Asia. Asi que, como no teníamos otra cosa mejor que hacer después de recorrer y comer hamburguesas macaunesas, nos fuimos a un casino. Después de 3 vasos de vino tinto (de arriba) y de perder 200 dólares (hong kong) nos tomamos el ferry y regresamos a Hong Kong. Al dia siguiente, 6 de la mañana, Blake se copó y me acompaño al aeropuerto. Nuevamente... a despedirme de otro lugar justo cuando le empiezo a tomar cariño.
De ahi, nos fuimos a bailar, ya habian oficialmente empezado las celebraciones del año nuevo chino. El año nuevo lunar empezó el 26 de enero, pero no hacen countdown ni nada el 25 a la noche. En realidad se parece más a una Navidad. El día antes salen de compras y se compran TODO, porque dicen que es buena suerte empezar el año con cosas nuevas y después cenan en familia o salen a cenar. También, siendo este el año del 
búfalo (牛) y siendo MI año, dicen que hay que usar ropa interior roja... porque sino trae mala suerte. El sábado de vuelta fuimos a bailar, y el domingo a la noche salimos a cenar y después al mercado de flores, otra tradición, y le compramos una planta a nuestro amigo Blake (también es tradición empezar el año con flores y plantas). El lunes a la noche fuimos a otra fiesta de año nuevo y el martes a ver los fuegos artificiales. Las celebraciones prácticamente duran una semana, decoraciones por todas partes. El resto del tiempo nos la pasamos tomando cerveza y jugando Majhong (una versión china de la Loba o el Burakko que se juega con fichas) y c
omiendo dim-sam’s. Después de 5 días celebrando el año nuevo al mejor estilo cantonés, nos fuimos a Macau. En la estación del ferry nos encontramos con dos amigos que habíamos conocido en Hong Kong (de hecho a uno de ellos lo conocimos en ShangHai), después de una hora de Ferry llegamos a una de las ciudades más raras que vi en mi vida. Las veredas al estilo de Copacabana, los edificios no parecen de Asia, todo está escrito en chino y en portugués. 
Hay varios edificios antiguos de estilo colonial (con un Starbucks adentro) y muchos muchos casinos. Se la llama el Las Vegas de Asia. Asi que, como no teníamos otra cosa mejor que hacer después de recorrer y comer hamburguesas macaunesas, nos fuimos a un casino. Después de 3 vasos de vino tinto (de arriba) y de perder 200 dólares (hong kong) nos tomamos el ferry y regresamos a Hong Kong. Al dia siguiente, 6 de la mañana, Blake se copó y me acompaño al aeropuerto. Nuevamente... a despedirme de otro lugar justo cuando le empiezo a tomar cariño.
恭喜發財! Kung hey fat choy!
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