Tercer Destino: Tokyo, Japón

Aterricé en Tokyo, 2 horas de tren hasta el centro, llegué al hotel, y salí a buscar un pedazo de comida. El shock cultural es terrible. TODO escrito en japonés, NADIE habla inglés, hace 35 grados, y yo vengo de mi inviernito de sudaca... y además el avión venía lleno de niños y no tenía más clonazepam por lo cual no pude dormir casi nada. Muero de hambre y no se ni como decir “DAME ESO POR FAVOR”. Al fin, entré a un lugar, señalé una foto y me dieron una caja bento con arroz y un pescado (menos mal que no soy alérgico a nada porque no tenía idea lo que estaba comiendo). Me dolía la cabeza así que volví a encerrarme al hotel con el aire hasta que sea hora de encontrarme con mi amiga. A las 4pm me encontré con Miyuki en el hotel, a quien no veía hace 6 años. Como siempre los primeros 15 minutos son medio raros e incómodos pero al rato, era como si nos hubiéramos visto ayer. Le pedí unas lecciones de japonés básico para poder sobrevivir y después nos fuimos a Shibuya con Erina, una amiga.

Venia charlando de los más bien cuando salí de la estación en el cruce de Shibuya. De repente, 10000000000 ponjas, cruzando para todos lados, carteles, luces, neon... y ahí fue cuando caí que estaba en Tokyo.

Tokyo es linda, muuuy linda y es mucho más linda de noche. Imposible conocerse toda la ciudad en una vida, ni mucho menos en 5 días... y sobre todo cuando llueve TODOS los putos días. El jueves, a pasear por Shinjuku. Caminé por horas y horas hasta que encontré uno de esos lugares donde podía comprar comida en una maquinita que te daba un ticket y se lo dabas al mozo, sin necesidad de interacción humana. También me compré 3 tickets de cerveza... y me quedé chupando birra y mirando ponjas. Luego regresé al hotel, y seguí chupando birra.

Viernes, fuimos a Harajuku y Aoyama, donde está lleno de adolescentes. Algunos muy bien vestidos, y otros ya un tanto ridículos. Pero sin duda, lo que más llama la atención, es lo bien que se visten los tokyotitos. Hasta mejor que en New York y París.

Después nos encontramos con Yumi, a quien tampoco veía hace 6 años. Mismos incómodos 5 minutos y después de vuelta al año 2002. Nos fuimos los tres a Roppongi. Subimos al mirador de la torre Mori, donde la vista es increíble. Tokyo no termina nunca... después empezó a llover (qué raro) y nos quedamos mirando los rayos desde el mirador. Hasta que el hambre nos ganó y fuimos a un restaurante de Kaisen zushi (ese donde el chuchi va por una cosita que da vueltas y vos agarrás los platos).

Sábado: Asakusa... para ver un poco dej Japón tradicional. Llegamos y había un carnaval brasilero... bizarrísimo, todas las ponjitas vestidas de carnaval, bailando samba y cantando en portugués... De ahí nos metimos al templo Senso, después de atravesar una callecita turística llena de gente donde te venden pelotudeces a un alto precio. En el templo hicimos todos los rituales habidos y por haber y después nos fuimos al Karaoke.
De haber sabido que los karaokes son así, me hubiera encerrado en uno desde el día que llegué. Son edificios enteros, con cuartos privados, donde te metés con tus amigos a cantar y pedís bebida por teléfono. La mejor parte? BEBIDA LIBRE... obviamente, ya que es indispensable para cantar bien! Si esto no es el paraíso, no se que es. Campari orangi hitotsu kudasai!. Después, las muchachas organizaron una fiesta en un izakaya temático... una especie de restaurante-pub que se suponía era una carcel o algo por el estilo... barra libre también! fazi neiviri kudasai! Aunque no pude socializar con la mayoría porque nadie hablaba un pomo de inglés. Después de eso... los sobrevivientes nos fuimos a un karaoke hasta las 5 de la mañana... whisky kudasai!

Sin ganas de irme de Tokyo, aunque ansioso por llegar a Shanghai mañana y ver que me deparan los siguientes 5 meses ahí.